Catedrático de Psiquiatría y jefe de la Unidad de Trastornos de la Personalidad (Hospital Clínico San Carlos)

José Luis Carrasco: “La depresión necesita tratamiento y apoyo, no es un problema de fuerza de voluntad”

“Los dispositivos de salud están saturados tras la pandemia por el aumento de casos de depresión”

Dr. José Luis Carrasco
Dr. José Luis Carrasco.

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El precio a pagar por la pandemia de Covid-19 ha sido demasiado elevado y está desbordando los servicios sanitarios. Este 13 de enero, en el Día Mundial Contra la Depresión, un trastorno emocional que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo, siendo considerada como la primera causa mundial de discapacidad.

La depresión incide de forma preocupante en las tasas de mortalidad y morbilidad, además de causar un gran impacto en las personas de todas las edades y de manera muy significativa a adolescentes, personas de la tercera edad y, cómo no, a sus familiares. Hablamos de la depresión, que afecta a 300 millones de personas en el mundo.

Dentro de nuestras fronteras, a mediados de 2020, había 2,1 millones de personas con un cuadro depresivo (el trastorno de salud mental más frecuente), el 5,25 % de la población mayor de 15 años de todo el país, según la Encuesta europea de salud, cuyos datos difundió el Instituto Nacional de Estadística (INE) el pasado mes de abril. De todas ellas, 230.000 personas sufrían una depresión grave.

El Dr. José Luis Carrasco, catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid y jefe de la Unidad de Trastornos de la Personalidad (Hospital Clínico San Carlos) explica, entrevista a OKSALUD, comenta la situación actual y los avances contra este grave trastorno de salud mental que ha disparado los suicidios.

PREGUNTA.- Desde la pandemia los casos de depresión han aumentado en todos los sectores de la población. ¿Cómo es el mapa actual español de la enfermedad?

RESPUESATA.- Los casos de depresión han aumentado entre un 20 y un 50% , según las estimaciones, tras la pandemia del Covid 19, hasta el punto que los dispositivos de salud están saturados y resultan insuficientes para absorber la demanda actual.

P.- ¿Cómo distinguir la tristeza de la depresión?

R.- La depresión es algo distinto de la tristeza. Es un trastorno de los sistemas de regulación afectiva del organismo que lleva a la persona a una situación de desánimo, desilusión y decaimiento persistente, y que evoluciona hacia el agravamiento sino se trata. La depresión no es debida a ningún acontecimiento vital en concreto, pero en su aparición interviene la acumulación de factores psicológicos y sociales que incrementan el estrés interno del organismo. A diferencia de la tristeza, que es un fenómeno psicológico normal y sí es producida por eventos negativos del entorno, la depresión es un fenómeno psicopatológico, no es normal, y en su desarrollo influyen elementos de vulnerabilidad biológica en combinación con elementos ambientales. Y por ello no se cura solamente con la modificación de las condiciones sociales del individuo y por ello también merece una consideración especial con la persona que la padece. La depresión necesita tratamiento y apoyo, no es un problema de fuerza de voluntad ni de mejora de las condiciones sociales como pretenden algunos.

P.- ¿Cómo se identifica la depresión?

R.- Sobre todo por la vivencia de decaimiento, por la falta de ilusión por las cosas, por el sentimiento de que todo se hace muy difícil y de que uno mismo es inválido e incluso culpable por sentirse mal. Con mucha frecuencia aparecen las ideas repetitivas de muerte o incluso de suicidio. La depresión es una enfermedad global, no es una imaginación mental. Se cansa todo el cuerpo, se afecta el apetito y el sueño, aumentan los dolores habituales, se pierde la concentración y la memoria.

P.- Un equipo de científicos de la Universidad Médica de Nanjing, en China, ha desarrollado un nuevo compuesto antidepresivo que parece funcionar significativamente más rápido que los tratamientos actuales para la depresión, por lo que podría allanar el camino para un nuevo antidepresivo de acción rápida. ¿Qué opina de este hallazgo?

R-. Los tratamientos de la depresión evolucionaron mucho a partir de los años 70 del siglo pasado, con el descubrimiento de los fármacos que actuaban sobre los neurotransmisores de las sinapsis neuronales, como la serotonina, la noradrenalina y la dopamina. En los años 90 aparecieron fármacos con la misma eficacia pero mayor seguridad y tolerancia, lo que permitió un tratamiento más asequible y generalizado de la depresión, y redujo marcadamente el sufrimiento de muchas personas que no habían sido tratadas y ni siquiera diagnosticadas previamente. En los últimos años se están investigando otras líneas farmacológicas que puedan ampliar la efectividad de los antidepresivos y cubrir las carencias que todavía tienen los fármacos actuales. Se han investigado las implicaciones de otros neurotransmisores como la acetilcolina, los endocannabinoides o el glutamato.

Particularmente, en relación con esta última vía se ha lanzado recientemente el uso de la esketamina, que actúa potenciando algunas funciones del glutamato. La esketamina puede suponer un auténtico revulsivo en el tratamiento de los casos de depresiones graves y resistentes a todos los fármacos previos y condenadas a la cronicidad y al peligro constante de suicidio. Hasta ahora ha mostrado unos efectos muy positivos.

P-. ¿Cómo ayudar a un familiar con depresión?

R.- Los familiares de un paciente con depresión deben, en primer lugar, ser bien informados de la enfermedad. Así podrán comprender mejor la naturaleza de los síntomas y entenderán que el apoyo y el acompañamiento es la mejor estrategia para ayudar, y que decirle al paciente que todo depende de su voluntad o que lo que tiene que hacer es salir a divertirse no mejora el trastorno. Tampoco hay que hacer del paciente una víctima, hay que hacer que se implique en el tratamiento, tanto en el farmacológico como en el psicoterapéutico.

P.- ¿Qué avances se han producido en el abordaje de la enfermedad?

R.- Las terapias psicológicas han avanzado también en su precisión y eficacia en las últimas décadas, y además de los medicamentos, las psicoterapias específicas para la depresión, dirigidas a mejorar las habilidades psicológicas de los pacientes, son utilizadas hoy de manera generalizada por los psiquiatras y los psicólogos clínicos.

P.- ¿Cómo podemos prevenir la depresión?

R.- Actualmente la mejor prevención es la que llamamos secundaria, que consiste en la detección muy precoz de los síntomas para intervenir antes de que el trastorno se haya establecido completamente. La respuesta terapéutica es mucho mejor si se actúa en las etapas inmediatamente anteriores del episodio depresivo.

Para la prevención primaria habría que modificar esquemas de pensamiento y de acción colectivos que fomentan la competitividad enfermiza, el ocultamiento de las emociones y de las debilidades, la idealización de la imagen poderosa, el individualismo narcisista y desapegado, el desprecio por lo improductivo, la intolerancia de la tristeza, y algunas otras que tratamos en las psicoterapias con los pacientes.

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